Asfixia by Alex Mírez

Asfixia by Alex Mírez

autor:Alex Mírez [Mírez, Alex]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Ciencia ficción
editor: ePubLibre
publicado: 2016-05-15T00:00:00+00:00


16

—¡Con fuerza! —gritó Carter.

Tres días después, en la primera área de La Cancha, la práctica era dura. Me abalancé contra el muñeco —que el especialista había creado a base de algunos sacos y almohadillas— y me coloqué a horcajadas sobre él. Sostuve bien el cuchillo y lo clavé contra su falso pecho, pero al no poseer tanta fuerza, la filosa hoja se empeñó en hacer difícil la tarea de extraerla.

—¡Estás frente a un enemigo, ante un guardia de El Imperio, un mercenario! —añadió entre gritos—. ¡Perdiste el arma y te queda el cuchillo! ¡Húndelo con impulso!

Penetré nuevamente la almohadilla y hundí más el cuchillo. Luego lo pude extraer con mayor facilidad. Me levanté dejando al muñeco tendido en el suelo con el torso completamente rasgado, abierto y acuchillado. Carter lo observó sin mucha satisfacción.

—Estás asesinando a alguien, no haciéndole un examen forense —bufó, cruzándose de brazos.

—Asesinar es solamente en caso de emergencia, ¿no? Si realmente estoy en peligro —comenté un tanto agitada por el forcejeo.

—Podría decirte que tu única vía para sobrevivir ante un enfrentamiento con la guardia de El Imperio, es matar, pero Levi piensa que solo debe hacerse en defensa propia o para salvar a un compañero —respondió con una ligera nota de amargura—. Así que tienes diferentes opciones. Aturdir, neutralizar, noquear, todas con el mismo propósito, pero ejecutables de distintas maneras. De todos modos, Drey, esta lucha no es pacífica.

—¿Y qué tal si yo quiero que lo sea?

Carter entornó los ojos, un gesto que casi me hizo retroceder.

—Un soldado de El Imperio no va a aturdirte para tener una vida menos en su lista de asesinatos. Te matará sin pensarlo porque los de LA RAI solo suponen un estorbo. Para ellos, otra persona, otro superviviente, no significa absolutamente nada.

—Esa es la diferencia entre El Imperio y LA RAI, ¿no? Que a nosotros sí nos importan aquellos que aún sobreviven —refuté. Me observó por un momento, en silencio.

—¿Estás segura de que esto es lo que quieres hacer? Un soldado que no dispara contra el enemigo y que no se ensucia las manos no es un soldado, es simplemente alguien que pretende serlo.

Me hice la misma pregunta y rápidamente obtuve mi propia respuesta.

—Quiero esto con las mismas ganas que usted tenía de torturarme —confesé, sosteniéndole la mirada, haciéndole ver que podía superar el miedo—. Si tengo que matar, lo haré, pero como el comandante ha dicho, únicamente en defensa propia o para salvar a un compañero. De resto, intentaré ser un soldado completo que no se ensucie las manos.

La puerta del área de entrenamiento se abrió y el hombre del cabello rubio que también formaba parte de la OPE, cuyo nombre era Leiton, entró para informar que Levi requería de mi presencia en el consultorio del doctor Julian, a lo que Carter no tuvo más remedio que dejarme ir, pero no sin antes decir:

—Drey, sube de peso, ¿quieres? Pareces un pollo enfermo.

Asentí y seguí a Leiton hasta los laboratorios. Me tomé un momento para mirarlo de soslayo mientras que avanzaba a mi lado.



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